Es un problema que no deja de ser de gran importancia, puesto que es nocivo para la musculatura, los dientes y las estructuras de soporte de los dientes. La gravedad de dicho problema varia según las circunstancias individuales de cada paciente.
Existe el bruxismo diurno y nocturno. El diurno se caracteriza por darse únicamente el apretamiento de los dientes, sin embargo en el nocturno se produce la combinación de apretamiento y rechinamiento. De estas dos clases de bruxismo, el nocturno es el más perjudicial para nuestra salud dental, ya que se produce de forma inconsciente, con movimientos anormales y fuerza incontrolable, lo que hace que aumenten los síntomas.
Alguno de los síntomas identificativos que indican que padeces bruxismo son:
- Desgaste dentario que provoca sensibilidad dental.
- Encías retraídas y desgaste de cuello de dientes.
- Dolores faciales y fatiga en todo el área de la mandíbula.
- Dolor de cabeza.
- Problemas en las cervicales.
La buena noticia es que el bruxismo se puede tratar, a través de una férula de descarga o férula oclusal que tu dentista te prescribirá. Esta férula es un aparato de resina que esta realizado a medida para cada paciente. Irá ajustada para mejorar la posición de la mandíbula aliviando los síntomas.