Canino en paladar
Definición
Son aquellos caninos de la arcada dental superior que no salen –erupcionan- cuando deben, alrededor de los once años, y en su lugar permanecen los caninos de leche. No es infrecuente que la falta del canino definitivo en la boca pase desapercibida por el paciente hasta que el canino de leche empieza a moverse y finalmente cae, en la edad adulta. La frecuencia de canino incluido en el paladar –CIP– en la población general es de alrededor del 1,7 %.
Causas
La falta de espacio en la arcada o la persistencia del canino temporal, habitualmente señaladas como causantes de la inclusión del canino, no son relevantes. Por un lado, las personas con CIP no suelen presentar limitaciones de espacio significativas en la arcada y, por otro, la persistencia del canino temporal es la consecuencia, y no la causa, de la erupción ectópica –fuera de su lugar- del definitivo. El origen genético de los CIP es la etiología más probable en la mayor parte de ellos. Van en esta dirección:
- La alta predisposición familiar de los CIP.
- Su frecuente asociación con otras anomalías dentarias (agenesias –ausencia de dientes definitivos-, dientes pequeños, otros dientes ectópicos, retraso de la erupción).
- La diferencia de frecuencia entre sexos –mujeres más que hombres.
- La alta frecuencia de bilateralidad, así como las diferencias raciales.
Diagnóstico
Clínicamente: sospecharemos de la existencia de un CIP:
- En los adultos, por la persistencia de diente de leche –muy diferente del canino definitivo en tamaño y características del esmalte-, y / o la ausencia del canino temporal y del definitivo.
- La palpación de los mismos en niños sea asimétrica (solo se palpa uno).
- No se palpen en pacientes mayores de 11 años.
- Se palpen en el paladar.
- Cuando haya desplazamiento del incisivo lateral en ausencia de canino del mismo lado.
Radiológicamente:
Si un canino no se palpa, y por la edad dental debieran estar en la arcada, el siguiente paso es averiguar dónde está (por vestibular –por fuera- o por palatino), y cómo está (cuál es su disposición tridimensional: más o menos horizontales-mediales-craneales), así como su relación con las raíces de los dientes vecinos, en especial del incisivo lateral.
La ortopantomografía o radiografía panorámica suele darnos información suficiente para determinar si el canino está por palatino o por vestibular. En la actualidad, recomendamos solicitar rutinariamente un TAC –tomografía axial computarizada– para conocer su ubicación tridimensional con precisión, así como su relación con las raíces de los dientes vecinos, información muy útil para “descubrirlo” durante la cirugía.
¿Qué hacer?
Delante de un CIP podemos optar por (a) no hacer nada, (b) extraerlo o (c) llevarlo a la arcada ortodóncicamente -no se comenta aquí el autotrasplante transalveolar.
En niños y adolescentes los padres entienden muy bien que la mejor opción terapéutica es la de colocar el canino definitivo en la arcada dental.
En los adultos, inicialmente, suelen presentarse dudas, generalmente debidas a cierta falta de información. Básicamente se preguntan si vale la pena colocar con Ortodoncia el diente incluido en la arcada –tiempo y aparatos-, o si es mejor colocar un diente postizo –prótesis- en su lugar. De forma muy esquemática diremos:
- Que un diente natural siempre es mejor que uno postizo.
- Que la colocación de un diente postizo que reemplace al canino incluido implica la colocación primero de un implante –tornillo en el hueso- y, después, del diente postizo encima -corona.
- Que el espacio disponible en la arcada dental es menor que el necesario para colocar un canino definitivo, por lo que en caso colocarse un diente postizo, este se verá además, pequeño.
- Que no es recomendable dejar el canino incluido en el paladar indefinidamente: aunque infrecuente, algunos se desplazan con el tiempo pudiendo causar daño en las raíces de los dientes anteriores –incisivos-, por lo que es recomendable extraerlo.
Por todo lo anterior, la mejor opción, en la inmensa mayoría de las ocasiones, será colocar el canino incluido en su lugar con Ortodoncia.
Excepcionalmente se recomendará extraer el CIP:
- Cuando su ubicación en el paladar sea muy desfavorable.
- Cuando haya reabsorciones radiculares –desgaste de las raíces- de los dientes vecinos -dependiendo de la magnitud y de la viabilidad de los mismos- y su desplazamiento ortodóncico pueda agravarlas.
- Cuando el primer premolar –diente que le sigue en posición en la arcada- ocupe o pueda ocupar con Ortodoncia su lugar en la arcada cumpliendo aceptablemente la función del canino.
- En casos donde se va a realizar una extensa rehabilitación protésica;
- Cuando presente anomalías anatómicas –forma anómala.
- Cuando esté anquilosado –solo se descubrirá en las primeras semanas de la tracción del CIP, después de la exposición quirúrgica. Su frecuencia aumenta con la edad.
Tratamiento Secuencia: una vez ubicado en el paladar
- Se colocan los aparatos –brackets- con el objetivo de crear el espacio necesario en la arcada y de utilizar toda ella como unidad -anclaje- desde la que traccionar el canino.
- Se realiza la exposición quirúrgica.
- Se tracciona el canino a su lugar en la arcada progresivamente.
En los adultos se inicia el tratamiento con la colocación de los brackets en todos los dientes de la arcada superior. El canino de leche se mantiene en la arcada, por razones estéticas, hasta que se empieza a traccionar el canino, quedando disimulada su ausencia. En los adolescentes iniciaremos el tratamiento cuando el paciente tenga la dentición definitiva, con o sin la presencia de los molares de los 12 años. Si el paciente presentara otro tipo de problemas dentales o esqueléticos, dependiendo de su naturaleza, se tratarían antes o durante el tratamiento del canino incluido. En ocasiones, cuando se palpa el CIP, realizamos la exposición quirúrgica del canino antes de colocar la aparatología. Aparatología: brackets en todos los dientes de la arcada. No utilizamos reforzadores de anclaje. La aparatología utilizada es básicamente la misma que en un caso sencillo de alineamiento de los dientes. Cirugía: se trata de un procedimiento ambulatorio, nada traumático, realizado con anestesia local. Se practica una ventana sobre la mucosa del paladar para acceder al esmalte del canino. Durante este procedimiento se pega sobre el canino un pasador para poder tirar del canino –parecido a un bracket. Duración: la colocación de un CIP en su arcada, en ausencia de otras alteraciones acompañantes, suele requerir unos 24-28 meses de tratamiento.